Iglesias del Salazar-Almiradío

 

Himno comentado

Viernes, 30 de Noviembre de 2012

San Andrés, apóstol

Vosotros que escuchasteis la llamada

Vosotros, que escuchasteis la llamada

de viva voz que Cristo os dirigía,

abrid nuestro vivir y nuestras alma

al mensaje de amor que él nos envía.

Vosotros, que invitados al banquete

gustasteis el sabor del nuevo vino,

llenad el vaso, de amor que ofrece,

al sediento de Dios en su camino.

Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte

de verle dar a muertos nueva vida,

no dejéis que el pecado y que la muerte

nos priven de la vida recibida.

Vosotros, que lo visteis ya glorioso,

hecho Señor de gloria sempiterna,

haced que nuestro amor conozca el gozo

de vivir junto a él la vida eterna.

Amén.

Reflexión:

. Busca tu belleza, corazón mío, en el movimiento del mundo, como la barca, que coge su gracia del viento y del agua.

. Señor, lo mismo que la barca recobra su belleza cuando surca el agua del mar, y la mar se siente alegre por el beso de su quilla, así, Señor, nos sentimos felices ante tu llamada.

.Porque sabemos que surcando el mar de tu Evangelio, nunca vamos a la deriva de falsos sentimientos, ni de personas que van sin rumbo por este anchuroso mundo.

.Tu llamada es siempre un acicate para tonificar nuestra musculatura interna, para adquirir mayor fuerza ante el ímpetu de quienes nos ataquen injustamente.

. Tu llamada, Señor, no anula la personalidad de quien te sigue, en el matrimonio, consagración u otro estado, sino que le das sentido verdadero a su libertad que crece como gigantes mediante la coraza de la verdad.

.Tu llamada es una invitación constante al banquete de ser mejores. ¿Hay alguien que nos diga eso? No, el mundo nos invita a tener más dinero, sólo dinero.

¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!

¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!

¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!

Benditos vuestros pies, porque han llegado

para anunciar la paz al mundo entero.

De pie en la encrucijada de la vida,

del hombre peregrino y de los pueblos,

lleváis agua de Dios a los cansados,

hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

De puerta en puerta va vuestro mensaje,

que es verdad y es amor y es Evangelio.

no temáis, pecadores, que sus manos

son caricias de paz y de consuelo.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra

nos llega por tu amor, pan verdadero;

gracias, Señor, que el pan de vida nueva

nos llega por tu amor, partido y tierno.

Amén.

 

Reflexión:

.Los apóstoles son los cimientos de la Iglesia. Me causáis una admiración increíble.

Ante la voz del Maestro, dejasteis todo para seguirle.

.Desde entonces, él os fue formando en la nueva idea del mundo, en la vida evangélica y en la urgencia de transmitir los valores del Señor.

. Os convertisteis en mensajeros de paz. Teníais los pies del que anuncia la identificación con la vida del Maestro de tal forma que todos sufristeis el martirio por defender la fe en Dios.

.¿Qué llevabais de una parte a otra del mundo?

Aquello que necesita el hombre hambriento de Dios: la fe, la unidad, el amor fraterno y la vivencia del Evangelio en toda su profundidad.

. Y me admira también que, aún siendo gente de poco relieve social, sin embargo el valor del Espíritu os llevó hasta el confín de la tierra bautizando a la gente en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

La Iglesia, que tiene como roca a Pedro, sigue adelante porque la vida de Cristo sigue viva en ella.

Nadie podrá destruirla porque en ella habita Dios. Gracias, apóstoles de ayer y de hoy por vuestra entrega.

Oración

Apóstol San Andrés, enséñanos a seguir a Jesús con prontitud (Mt 4, 20; Mc 1,18), a hablar con entusiasmo de Él a todos aquellos con los que nos encontramos, y sobre todo a cultivar con Él una relación de auténtica intimidad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte

Todo aclama al Señor, todo le canta