NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, julio 08, 2024

 En un mundo tan conectado

OMS declara la soledad como un “problema de salud pública mundial”


Es un tema bastante serio que, desde el organismo sanitario internacional, están tratando de abordar de forma urgente. Para ello han creado una comisión especial formado por varios líderes mundiales en materia médica.

Ahora sabemos que la soledad es un sentimiento común que experimentan muchas personas. Es como el hambre o la sed. Es una sensación que nos envía el cuerpo cuando nos falta algo que necesitamos para sobrevivir. Millones de personas están luchando en las sombras y eso no está bien. Muchos suicidios vienen también de ésta realidad.

lunes, junio 24, 2024

 EN LA GRATUIDAD



Hemos construido una sociedad injusta, dependiente de un dinero repartido desigualmente entre las personas que la componen. Y es que ya nos hemos creído que el dinero lo puede todo, “poderoso caballero es don dinero” dijo ya Quevedo entonces, un dinero que nos trasforma y condiciona la vida, y nos dice quiénes somos y que podemos en la sociedad en que vivimos “…quien hace iguales al duque y al ganadero…al bajo ensilla y al cobarde hace guerrero”

Hemos ido haciendo al dinero cada vez más necesario mientras la gratuidad y Dios se hacían más innecesarios. Quizás se deba a que Dios no pertenece a esa lógica del dinero “no podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16,13), ni del individualismo, lo rentable, lo utilitario... Para conseguir una sociedad justa y fraterna no se necesita tanto del dinero, como de la gratuidad; esta gratuidad podría ser la moneda del reino de Dios, en el que el cariño y el tiempo compartido, las alegrías y las dificultades… la vida, no se compran, sino que se dan y se comparten. Con la alegría profunda y sincera de quien encuentra sentido y gusto en el dar y darse a los demás y con los demás. 

Dios se encarna diariamente en la gratuidad, en los corazones generosos, en la gente comprometida con los no-rentables, en la humildad, de quien se hace pequeño acogiendo, compartiendo… con las personas empobrecidas, las excluidas, marginadas, migrantes, las que sufren indignidad, las que pasan hambre… los/as favoritos/as de Dios.

 «Gratis lo recibisteis; dadlo gratis...» (Mt 10,8). La gratuidad produce en el mundo lo mismo que la luz del atardecer en un horizonte; el paisaje sigue siendo el mismo, sin embargo, lo transforma totalmente. Gracias padre bueno, por todos los motivos que tenemos para dar gracias cada día y que tu nos los pones ahí, gratuitamente. Gracias por todas aquellas personas que dan y se dan sin buscar recompensa. 

 “…Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno…” San Ignacio de Loyola

jueves, junio 20, 2024

Qué necesita el mundo

 Está genial tener una carrera, dinero, títulos, premios o un «gran» puesto de trabajo si es lo que quieres, pero eso no le sirve al mundo si no eres feliz.

Sintiéndote feliz, automáticamente te conviertes en fuente de felicidad y la puedes emanar para con los demás.
Es muy común y muy fácil estar buscando cosas para ser feliz: un título, éxito, una pareja, un hijo o una misión en la vida porque estamos meticulosamente entrenados para ser alguien reconocid@, exitos@, competitiv@, famos@, respetad@, considerad@…con ser alguien, es decir, con ser sencillamente Tú mism@ no basta según muchos sistemas de creencias.

El mundo te necesita y te necesita simplemente feliz con lo que eres, con lo que tienes, con quien estás, con lo que estás haciendo ahora mismo porque la felicidad no tiene nada que ver con lo que vas a conseguir cuando tengas algo o seas «alguien».

La humanidad junto con el planeta entero necesita personas felices por estar vivas, por respirar, por poder mirar, sentir, disfrutar, jugar, sonreír, hacer reír, compartir…porque esas son las personas que respetan, que observan, que ayudan, que admiran, que aman, que cooperan, que dan, que reciben, que disfrutan, que agradecen y que viven en armonía con toda la naturaleza.

Creer que serás feliz cuando pase algo es una gigante estrategia de marketing para que consumas cosas que solo aumentan tu estado de infelicidad y una gran paradoja porque por mucho que consumas no vas a ser feliz si no lo eras antes de consumir.

Algunas personas creen que la felicidad no existe o que está solo en las pequeñas cosas y de vez en cuando, así nos educaron, y nunca lo hemos cuestionado, si crees que la felicidad está en existir o en respirar o en ser o en dar o en lo que tu quieras serás feliz instantáneamente y dejarás de buscarla para empezar a disfrutarla y compartirla.

Hay muchas personas perdidas, buscándose a si mismas, preguntándose quién son o que han venido a hacer aquí, cual es su pasión y mientras se preguntan no son felices.


miércoles, junio 05, 2024

 BELLEZA NOCTURNA




Estos días de mayo muchos nos hemos sorprendido por el espectáculo de las auroras polares que han invadido los cielos nocturnos de buena parte de los hemisferios del planeta. Un evento inusual en latitudes poco acostumbradas a presenciar este fenómeno electromagnético producido por una tormenta solar. Sólo aquellos que viven o se han ido fuera de las zonas urbanas lo han contemplado en todo su esplendor.

Los cristianos podemos admirarnos de la belleza que nos regala este planeta, aunque se oculte para muchos, por desgracia, detrás de tantas luces que inundan nuestras ciudades. Pero podemos considerar una cuestión más. Es sorprendente la enorme potencia cósmica de nuestra estrella: cualquiera de estas perturbaciones solares acabaría con la vida sobre la Tierra instantáneamente, y más sorprendente aún es la protección continua que recibimos del campo geomagnético y de la atmósfera terrestre, que simplemente reducen todo a un maravilloso espectáculo nocturno. Un fenómeno más que nos invita a pensar en el Dios creador y presente en este mundo extraordinario, que permite todos los días la vida a pesar de las hostilidades del universo… y también de las provocadas por nosotros mismos. Así podemos afirmar con san Pablo que «su eterna potencia y divinidad se hacen visibles para la inteligencia a través de sus obras desde la creación del mundo» (Rm 1, 20), que sigue protegiendo de nuestro sol «a malos y buenos» (Mt 5, 45).

A veces el ritmo frenético y eficientista, así como los problemas cotidianos, se asemejan a las luces de nuestras ciudades, que no permiten contemplar la belleza del cielo y nos hacen olvidar la importancia de agradecer «por tanto bien recibido», esta vez, como humanidad. Que no demos todo esto por descontado.

 

martes, mayo 14, 2024

 Spes non confundit

BULA DE CONVOCACIÓN
DEL JUBILEO ORDINARIO
DEL AÑO 2025

FRANCISCO



Un histórico evento, que tan sólo ocurre una vez cada 25 años en la Iglesia Católica, ha tenido lugar hoy en la Basílica de San Pedro del Vaticano. El Papa Francisco ha convocado oficialmente el Jubileo Ordinario de la Esperanza 2025 al leer la bula “Spes non confundit” (La esperanza no defrauda).

Una bula indica la duración, fechas de apertura y cierre, y modalidades de desarrollo del magno evento. Además, permite conocer el espíritu de la convocatoria, las intenciones y los frutos esperados por el Pontífice.

La estructura del documento presenta 25 puntos esenciales

El documento presenta 25 puntos esenciales, divididos a su vez en cinco apartados: Una palabra de esperanza; un camino a la esperanza; signos de esperanza; llamamientos a la esperanza; y anclados en la esperanza. 

En esta bula, el Papa Francisco también realiza diversas invitaciones a los fieles y les anima a que sean signos de esperanza especialmente para los pobres, refugiados, jóvenes, presos y ancianos. 

Asimismo, transmite algunos deseos concretos para el Jubileo 2025, que incluye abrir una Puerta Santa en una cárcel, que todos los cristianos celebren la Pascua en la misma fecha, o que en este tiempo se realice un acto ecuménico que transmita los testimonios de los mártires. 

Insta además a que la indulgencia jubilar se realice especialmente por las almas de aquellos que han dejado la vida terrenal, invita especialmente a rezar a la Virgen María en los santuarios y espera que este Jubileo permita a las personas recuperar la confianza necesaria en la Iglesia y en la sociedad.

Presenta los “signos de esperanza” que deben ser alcanzados

El Papa Francisco enumera diferentes “signos de esperanza”, que pueden traducirse como “deberes” o encomiendas que hace al pueblo de Dios. 

En primer lugar, pide paz en el mundo y para ello dirige las siguientes preguntas: “¿Qué más les queda a estos pueblos que no hayan sufrido ya? ¿Cómo es posible que su grito desesperado de auxilio no impulse a los responsables de las Naciones a querer poner fin a los numerosos conflictos regionales, conscientes de las consecuencias que puedan derivarse a nivel mundial? ¿Es demasiado soñar que las armas callen y dejen de causar destrucción y muerte?”.

jueves, abril 25, 2024

DESIGUALDADES SOCIOECONÓMICAS



El mundo ha hecho avances significativos para reducir la pobreza: en los últimos treinta años, más de 1000 millones de personas han salido de la pobreza extrema. Sin embargo, la porción de los ingresos que le corresponde a la mitad más pobre de la humanidad apenas ha cambiado en ese período, pese a que la producción económica mundial se ha triplicado con creces desde 1990.

La desigualdad socava el progreso económico y agudiza las diferencias sociales generadas por aquélla.

Tanto dentro de los países como entre ellos, seguimos encontrando desigualdades derivadas de los ingresos, la localización geográfica, el género, la edad, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual, la clase social y la religión. En algunas partes del mundo, estas diferencias son cada vez más acusadas.

Además, están surgiendo deficiencias en nuevos ámbitos que muy posiblemente definirán las desigualdades económicas en el futuro: acceso a las tecnologías móviles, en línea o basadas en Inteligencia Artificial.

La exclusión social y la desigualdad, que han sido siempre características estructurales en el capitalismo, están siendo naturalizadas en su comprensión social y la salida de la última crisis parece haber consolidado el triunfo práctico del capitalismo neoliberal.

El sistema vigente está implementando un tipo de economía permisiva con la cooptación de beneficios y mejores puestos de trabajo por parte de las élites, perpetuando e intensificando así todo tipo de desigualdades.

Una sociedad fraterna se construye, según la encíclica “Fratelli Tutti” del Papa Francisco, con dos ingredientes: “benevolencia”, es decir, el deseo concreto del bien del otro y “solidaridad” que se ocupa de la fragilidad y se expresa en el servicio a las personas y no a las ideologías, luchando contra la pobreza y la desigualdad.

miércoles, abril 03, 2024

El triunfo de las luchas por la vida

 


Ya terminó la Semana santa. ¿Olvidaremos su mensaje principal? El triunfo de la lucha por la vida y la fraternidad. Esa fue la misión que Jesús de Nazaret llevó hasta el extremo en sólo 3 años de dedicación a tiempo completo. Todo el cosmos es expresión de vida amorosa que no deja de desplegarse porque la creación sigue en marcha: lo vemos ahora con las fotos de los satélites que recorren el espacio. Acabo de escuchar en redes sociales una señora de 92 años que dice: “Se ha dejado de luchar, por eso estamos en lo que estamos… Nada tenemos heredado para siempre… Se tiene lo que se defiende”. Algo parecido dice Bertold Brecht: “No debes tener lo que no estás dispuesto a defender”. ¿Nos sorprenden estas 2 personas? Jesús decía lo mismo: “Sólo los valientes entran en el Reino de Dios”, es decir, sólo los valientes tienen vida plena y llena de fraternidad y alegría porque luchan por ellas. El infierno es para los cobardes, los individualistas y los indiferentes. 

Estamos salvados cuando entramos en esta lucha por la vida y la fraternidad. Si no vivimos para eso, estamos perdidos y bien perdidos. Y eso vale para cristianos y ateos. Se pierden los que trabajan por tener más y más dinero; se pierden los corruptos; se pierden los sinvergüenzas que hacen leyes por su interés personal o gremial; se pierden los jueces que tuercen las leyes para condenar al inocente; se pierden los que mienten descaradamente con la complicidad de los medios de comunicación; se pierden los ladrones que hacen de la política un negocio, los que ponen el capital por encima de la gente, los que usan en título de socialistas y son mas capitalistas que Trump, la ONU, OEA, FAO...los que usas la fe para manipular a Dios… Eso es el infierno… que nos hacen padecer.
También se pierden los indiferentes a la maldad, los pasivos frente a las injusticias, los conformes con la desigualdad social, los que aplauden a los malvados, los que se suben a la camioneta de los corruptos, los quejosos que nunca mueven ni el dedito, los que se valen del desconocimiento de los demás, los envidiosos incapaces de luchar por su dignidad… Eso es el infierno.
Jesús de Nazaret vino por hace acontecer el Reino de Dios: eso fue su misión. Por su vida y su muerte hizo reinar a Dios en este mundo y Dios reina cuando hay vida, amor, justicia, armonía con la naturaleza, comunión el Misterio del universo. Desde el emperador Constantino, y hasta antes, se creyó que la religión con su clero, sus leyes, sus cultos, sus lugares santos, sus libros sagrados… eran la manera de hacer presente el Reino de Dios.  Hay que volver a los orígenes de las religiones y del cristianismo tal como lo vivieron Jesús y las primeras comunidades cristianas. “El Reino es lo único absoluto” dijo el papa Pablo VI en 1975, repitiendo la frase de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios; el resto vendrá por añadidura”.
Están desapareciendo los que luchan por la vida y por la fraternidad. También muchos luchan y lucharán para que sigan vivas las ruinas religiosas, cultivando sus cementerios como paraísos perdidos… y cuántos más los irán siguiendo en su ceguera, complicidad y egoísmo.
La Semana santa nos despierta a la realidad, pero preferimos la cobardía de los apóstoles, la traición de Pedro y la soberbia de Poncio Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’, sin querer escuchar la respuesta de Jesús: “He venido por la verdad”. La verdad de Jesús fue hacerse hombre pobre con los pobres, profeta itinerante, Mesías del Reino, dedicándose a construir el Reino con los pobres y desde ellos, hasta las últimas consecuencias. Esa fue la lucha de Jesús: por la vida y la fraternidad. Por eso lo asesinaron como vil delincuente que ‘alborotaba a las gentes’, desestabilizaba los poderes: el religioso de los judíos y el militar de los romanos. Hoy, ¿dónde nos ubicamos? ¿con quienes nos identificamos? ¿a quiénes defendemos consciente e inconscientemente? También hay que decir ¡cuántos siguen hoy el camino de Jesús y son perseguidos y asesinados como él! Y nosotros, los cristianos en particular, ¿con quienes nos  cuánto complicidad nuestra con ellos?
Despertemos, levantémonos, luchemos ¡Sólo los valientes conquistan el Reino de Dios!. Eso es ‘resurrección’, o sea, triunfo de las luchas por la vida y la fraternidad.