NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


miércoles, noviembre 07, 2012

orar siempre,


A DIOS ORANDO

Y CON ABBÁ CONVERSANDO


Jueves, 8 de Noviembre de 2012

- "No se necesita de grandes hombres para poder realizar grandes cosas; se necesita sólo gente consagrada y dedicada."

- "Haber bien orado es más que la mitad de lo preparado."

- "El que anda huyendo de Dios en la mañana, casi nunca lo encuentra durante el resto del día."

- "Que nuestra mente se empape de pensamientos divinos, y así seremos más dichosos.
No cabe la menor duda de que la fuerza más poderosa del mundo radica en la oración. Lo digo por experiencia."

Invocación al Espíritu Santo

Humildemente te pido
que me animes y habites en mí:
en cada uno y cada una de nosotros,
en cada uno de nuestros hogares,
en cada uno de nuestros equipos;
en toda la parroquia
para que podamos vivir el día
como un lugar y tiempo de amor,
un camino de felicidad
y un medio de santidad,
como Tú eres Santo en todo y siempre.

AMÉN.


                                  

                                                                             Evangelio según san Lucas (15, 1-10)

Se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
“Este recibe a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo entonces esta parábola:
¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla?

Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice:
Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.

¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla?

Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice:
Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido’.

Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente”.

                                                             

Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta

La conversión no es un problema de ‘legitimación’, sino de justicia.
El grupo religioso de los fariseos y el grupo de profesionales de la Ley se consideraban mejores porque cumplían con los preceptos según los cuales ellos mismos interpretaban las leyes.
La Ley o Torah constaba de dos partes, una escrita, pública y conocida por el común de la gente que contenía 613 preceptos y otra oral, reservada y especial que era sólo posesión de unos pocos.

Los pecadores y los publicanos carecían de los conocimientos y de los medios prácticos y económicos para cumplir una y otra, y por eso estaban proscritos de la vida religiosa común.

Jesús les pide a unos y a otros no que se legitimen a través del conocimiento y la observancia de las leyes, sino que atiendan a la justicia y rompan con la exclusión que condena a una minoría a ser ‘la moneda extraviada’, ‘la oveja perdida’ o el ‘hijo pródigo’.
Y la manera más efectiva de incluir a los excluidos es su
búsqueda,
rescate,
perdón,
reconciliación
y fiesta.

Jesús nos presenta el Reino como una celebración casera de la vida y de los valores recuperados e integrados en el grupo de amigos y amigas del Reino.
Esa actitud farisaica puede repetirse entre los cristianos:
una dureza de juicio tal que no acepte que un pecador pueda convertirse y ser santo;
o una ceguera de mente que impida reconocer el bien que hacen los demás y alegrarse de ello


Dios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano, para quien mi vida no cuenta casi nada.
Te pido que medite en estos momentos, lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja.
Gracias, Padre mío, por darme a tu Hijo Jesucristo como pastor y guía.

Jesús, que en mi vida seas Tú lo primero y lo más importante.

Meditación del Papa

Jesús narra las tres "parábolas de la misericordia".
Cuando "habla del pastor que va tras la oveja descarriada, de la mujer que busca el dracma, del padre que sale al encuentro del hijo pródigo y lo abraza, no se trata sólo de meras palabras, sino que es la explicación de su propio ser y actuar".
De hecho, el pastor que vuelve a encontrar la oveja perdida es el mismo Señor que carga a hombros, con la Cruz, a la humanidad pecadora para redimirla.
Queridos amigos, ¿cómo no abrir nuestro corazón a la certeza de que, aunque seamos pecadores, somos amados por Dios?
No se cansa nunca de salir a nuestro paso, de ser el primero en recorrer el camino que nos separa de Él.
El libro del Éxodo nos muestra cómo Moisés, con una súplica confiada y audaz, logró, por así decir, cambiar a Dios del trono del juicio al trono de la misericordia.
El arrepentimiento es la medida de la fe y gracias a él se regresa a la Verdad.
Benedicto XVI, 12 de septiembre de 2010.

CONTIGO SIEMPRE, ABBÁ

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