Salmo del día comentado
SALMO 111
Felicidad del justo
1[¡Aleluya!]
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
2Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
3En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
4En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
5Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
6El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
7No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
8Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
9Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
10El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Bienaventurado quien teme al Señor y ama a su prójimo con obras de misericordia.
El Aleluya inicial indica el destino litúrgico de la composición.
La Biblia de Jerusalén da a este salmo el título de Elogio del justo.
Este salmo y el 110, son afines por doctrina, estilo y estructura poética.
El salmo 111 aplica al justo expresiones que el salmo 110 aplicaba a Dios.
- Para Nácar-Colunga el título del salmo es Bienandanza del justo.
Canta la bienaventuranza del justo y la benigna providencia de Dios sobre él.
El salmo 110 es un himno de alabanza a Dios por sus grandes beneficios en favor de su pueblo, y el salmo 111, recogiendo la doctrina del salmo anterior, canta las ventajas que al justo reporta la virtud: todo en su vida prosperará.
Es un salmo gemelo del anterior.
El estilo es sapiencial.- «En el salmo 110 se agradecía la bondad de Dios manifestada continuamente en sus obras.
El salmo 111 es un himno de gozo por las personas que aman a Dios y que ponen en él su confianza.
El gozo, anunciado por Jesús en las bienaventuranzas, prometido en la última cena y comunicado en su resurrección, consiste en la convicción de ser amados de Dios, y en la decisión de amarle y de compartir los bienes con los demás»
(J. Esquerda Bifet).]
En el salmo 110 se cantaba el poder y fidelidad de Yahvé a sus promesas, con todo lo que ellas implican de protección a los rectos de corazón; en éste se explicitan las bienandanzas de aquel que corresponde a los beneficios divinos.
Es, pues, este salmo como el desarrollo del principio expresado en el v. 10 del salmo anterior:
«Primicia de la sabiduría es el temor del Señor...».
El varón justo debe tener relaciones de piedad reverencial y espíritu de docilidad a Dios (vv. 1-4), y como consecuencia de su vida religiosa están sus virtudes de justicia para con el prójimo (vv. 5-10).
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