NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, julio 27, 2020

Juicios equivocados sobre interioridades desconocidas

Juicios equivocados sobre interioridades desconocidas
Ser un pequeño freno ante tantas mentiras dañinas.

Existen dos grupos de juicios y afirmaciones que se basan en una supuesta y sorprendente capacidad de penetrar en la mente ajena que algunos se atribuyen.
El primer grupo lo componen aquellos juicios y afirmaciones sobre lo que piensan los demás, sin haberles ofrecido un momento de diálogo para expresarse sobre sus puntos de vista.
Así, por ejemplo, algunos afirman que quienes no usan un lenguaje inclusivo promueven la discriminación contra la mujer, cuando muchos de los que no usan tal lenguaje piensan que hombre y mujer tienen la misma dignidad y no deben ser nunca discriminados injustamente.
Otro ejemplo: hay quienes afirman que los votantes de un partido político están de acuerdo con determinadas ideas, cuando en realidad muchos de esos votantes escogen ese partido porque no ven mejor alternativa.
El segundo grupo se refiere a juicios y afirmaciones sobre las intenciones que tendrían los demás cuando los vemos realizar cualquier tipo de acciones.
Hay acciones que, desde luego, suelen ser una prueba suficiente para conocer mucho sobre la intención de la otra persona: si alguien rehúye continuamente el encuentro de un compañero en el trabajo se puede intuir que al menos tiene algún problema con esa persona.
Pero incluso es casos así, puede haber juicios equivocados. Según el ejemplo anterior, tal vez esa persona rehúye al otro porque tiene miedo a sus agresiones verbales, o por algún trauma en la infancia, o porque no quiere ser sometida a la voluntad de quien tiene un carácter prepotente.
A pesar de lo fácil que resulta reconocer los peligros y errores de quienes buscan penetrar en la mente ajena, continuamente leemos o escuchamos juicios sobre lo que piensan los demás, juicios que son formulados con una seguridad sorprendente.
Un poco de prudencia y un mucho de amor a la verdad y a la justicia nos ayudaría a evitar ese tipo de juicios. Los censuraríamos internamente cuando veamos cómo otros muestran ese extraño deseo de invadir intimidades ajenas. Al mismo tiempo, buscaríamos no pronunciar afirmaciones infundadas y, muchas veces, gravemente contrarias a la buena fama de personas concretas.
En un mundo donde corren como pólvora rumores, mentiras, calumnias, afirmaciones desenfocadas e insultos fáciles, vale la pena un esfuerzo sincero por promover un sano respeto a lo que haya en la mente y en el corazón de los demás, cercanos o lejanos, conocidos o desconocidos.
No curaremos esa enfermedad contagiosa de quienes promueven alegremente el terrorismo de las palabras (según una expresión usada por el Papa Francisco) con el que matan la buena fama de otros. Pero al menos podremos ser un pequeño freno ante tantas mentiras dañinas, y un apoyo para quienes necesitan ser protegidos por corazones honestos y justos.

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