NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, mayo 12, 2025

El PAPA

 

El PAPA


Como virgen prudente y con su lámpara en la mano, nuestra Iglesia Católica esperaba paciente, atenta y expectante, al encuentro con el novio (Mt 25,1). Así pues, con mucha alegría y consolación, hemos escuchado el “¡Habemus Papam! Una vez más Dios ha sido fiel. Una vez más el Espíritu Santo, que nos conduce por caminos insospechados, ha soplado y nos ha sorprendido. Una vez más su inefable y ardiente amor ha hecho nuevas todas las cosas (Ap 21,5). Una vez más se equivocaron los mezquinos pronósticos de los expertos vaticanistas. Una vez más se equivocaron los amantes del poder, los hijos de la división y los amigos de la politiquería barata. Una vez más, como ayer y como siempre, el Espíritu Santo ha refrescado a su Iglesia con su brisa suave y la ha asistido con su voz silenciosa (1Re 19,12) para unir y nunca para dividir.

 

“In Illo uno unum” (En Aquel que es Uno, somos uno). Es el lema espicopal que, como buen hijo de San Agustín, ha elegido nuestro nuevo Papa, León XIV. Se trata de una cita del santo de Hipona, comentando el salmo 127. Una invitación a la unidad en la diversidad pues  “no es Él uno y nosotros muchos, sino que, siendo nosotros muchos somos uno, sólo en Él”. Ese “ser muchos” no anula la diferencia, sino que la asume desde la caridad y la unidad en Cristo, el Señor. La insistencia del Santo en su comentario al salmo es sorprendente, así pues, dirá: “Cuando nombro a muchos cristianos, reconozco a uno solo, en un solo Cristo. Por tanto, ustedes son muchos y a la vez uno. ¿Cómo somos muchos y uno? Porque estamos unidos a Aquél, del cual somos miembros (…)”.

 

En un contexto de divisón por ideologías vacías, guerras inútiles, muros absurdos y totalitarismos rídiculos, me parece que el lema elegido por León XIV es absolutamente profético; seguramente marcará todo su Magisterio. En sus propias palabras hemos escuchado la invitación a vivir en la paz de Cristo Resucitado, “una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante (…) A construir puentes de diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un único pueblo, siempre en paz”.

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