CONTIGO SIEMPRE, ABBÁ
A DIOS ORANDO
Y CON ABBÁ CONVERSANDO
Sábado, 17 de Noviembre de 2012
Aún más conmovedoras a la luz de linternas las oraciones en noches frías.
Cuántas veces debemos orar en noche, en frío, en poca luz, pero orar
Yosa Buson
Mi oración es así. Tú estás en todo y todo en mí.
Gerardo Diego
El deseo de orar es una oración en sí mismo.
Georges Bernanos
La oración no cambia a Dios, pero sí cambia a quien ora.
Soren Kierkegaard
Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil.
Dios es misericordioso y escuchará tu oración...
La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios.
Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón.
En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle sólo con el corazón.
Pío de Pietrelcina
Tú eres amor, Jesús, ternura de Dios.
Tú eres el corazón del Padre, abierto de par en par.
Tu amor, Jesús, es amor que salva.
Tu amor, Jesús, te ha hecho cercano al pobre y al pecador.
Enséñame, Jesús amigo del hombre, a amar como tú,
a descubrir que hay más gozo en dar que en recibir.
Yo quiero, Jesús, amigo, amar con el corazón abierto.
Quiero amar con un corazón desinteresado y libre.
Yo quiero, Jesús amigo, amar con un corazón limpio.
Quiero amar sin esperar recompensa por lo que he dado.
Tú que eres el amor del Padre entre los hombres, dame tu Espíritu de amor,
para que ame sencillamente y de verdad.
Invocación al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Paráclito,
Espíritu creador y santificador,
Espíritu renovador y consolador,
Espíritu sanador y pacificador.
Ven y concede hoy a tu Iglesia,
reunida en el Cenáculo
con María,
la experiencia de Pentecostés
Evangelio según san Lucas (18, 1-8)
Para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:
“En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres.
Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle:
‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo:
‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’ ”.
Dicho esto, Jesús comentó:
“Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar?
Yo les digo que les hará justicia sin tardar.
Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?”
– – –
Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan
La viuda es el símbolo de los desprotegidos en el pueblo de Israel.
La única manera de obtener justicia es por medio de la autoridad de una instancia judicial.
A diferencia de los fuertes, como los reyes, los magnates, los hacendados y la aristocracia sacerdotal, que contaban con ejércitos institucionales o personales para hacer valer sus pretensiones, el único recurso contra la violencia del adversario es la justicia.
En la Biblia el ‘temor de Dios’ y el respeto a la humanidad son sinónimos de la justicia como único remedio eficaz contra la violencia con la que se busca hacer prevalecer los intereses de un grupo sobre el bien de la mayoría.
Pero, cuando las virtudes del juez y las convenciones humanas fallan, el único recurso que queda es el de la resistencia en la pertinaz exigencia de la justicia, porque, si se acude a la violencia con los propios recursos, se cae en el juego del adversario.
El mensaje de Jesús insiste en la capacidad de resistencia, tenacidad y paciencia de sus seguidores, capacidad que los lleva no sólo a sobreponerse a la adversidad, sino a dar una respuesta serena y creativa a los límites que imponen las conveniencias sociales.
No desfallecer en la petición, que expresa el deseo de justicia/reivindicación (cf. 11,30)
La insistencia vence la resistencia del juez injusto.
Dios, en cambio, desea reivindicar a los oprimidos, pero su acción será una respuesta al deseo de liberación que estos muestren (7: le gritan día y noche).
La injusticia está encarnada en la institución judía (3: el adversario) que ha dado muerte a Jesús. Los elegidos son los Doce, el Israel mesiánico (cf. 6,13), que deben pedir a Dios que el sistema opresor caiga lo antes posible.
Jesús duda de que sientan ese deseo de justicia.
La llegada del Hombre, el momento de la reivindicación, la destrucción de Jerusalén (cf. 17,30).
No van a tener esa fe, porque no han roto aún radicalmente con la institución judía (cf. 17,6).
La tierra designa el territorio de Israel (cf. 7,9).
Lc describe la situación posterior de los creyentes de origen judío, que siguen apegados a la ideología e instituciones del judaísmo (cf. Hch 2,46).
“Contemplar al Señor es fascinante porque Él nos atrae y cautiva el corazón, experimentando paz, belleza, amor;
pero es a su vez tremendo, porque se evidencia la debilidad humana, las incapacidades, la dificultad de vencer el mal.
En un mundo en que se corre el riesgo de confiar solamente en la eficacia y la fuerza de los medios humanos, estamos llamados a descubrir y dar testimonio del valor de la plegaria.
En la oración se dan momentos de especial intensidad, en los que se experimenta vivamente la presencia del Señor,
pero es necesaria la constancia y la fidelidad, sobre todo en las situaciones de aridez, de dificultad, de sufrimiento". (Benedicto XVI, audiencia del 13 de Junio de 2012)
Según tu palabra
Dios mío, yo me abandono en tus manos.
Modela y remodela este barro
como arcilla en manos del alfarero.
Dale una forma y después, si quieres,
deshazla. Pide, ordena.
¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido, calumniado,
alegre, triste o inútil para todo,
sólo diré a ejemplo de tu Madre:
«Hágase en mí según tu palabra.»
(Robert KENNEDY)
CONTIGO SIEMPRE, ABBÁ
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