NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, junio 02, 2014

EL AMOR


El amor es difícil 
Hay quien persigue el poder, y quien pasa de él. Hay quien acumula riquezas y quien se siente libre
de esa cadena y se conforma con poco –que, si es suficiente, ya es bastante riqueza–.
Hay quien se consagra al conocimiento, al saber, a la ciencia, y quien tiene la inquietud
intelectual de una piedra… Pero todos buscamos amor. Aun sin saberlo.
 Incluso quien se desengaña, sigue añorando el encuentro, el abrazo, la aceptación y
la acogida incondicional. Es tan consustancial a nosotros como respirar, comer o imaginar.
Con ese nombre llamamos a Dios. Y definimos las relaciones más importantes de nuestra vida.
Y, sin embargo, el amor es complicado, quizás porque nosotros lo somos.




El amor es difícil - Equilibrios afectivos
 
«Con correas de amor los atraía, con cuerdas de cariño. Fui para ellos como quien alza una criatura a las mejillas; me inclinaba y les daba de comer» (Os 11, 4)



A veces podemos ser muy fríos.
Otras veces excesivamente intensos.
Va con carácter, con momentos y circunstancias.
Y el amor necesita encontrar su lugar.
Porque a veces puede convertirse en exigencia,
en invasión, en cadena. Quieres apresar al otro,
poseer, y se generan dependencias terribles.
Los celos, en la relación de pareja, o en la amistad,
son uno de los peores demonios que muerden
a la gente. También puede ocurrir lo contrario.
Blindarse contra el otro, querer mantener a
toda costa la propia independencia, la propia
seguridad, no hacerte vulnerable por temor a ser herido. Y, en consecuencia, guardarte
siempre tu propio espacio al que nadie puede acceder. Pero, a veces,
el amor necesita dar entrada al otro en las facetas más importantes de la vida.
El amor de Dios no apresa, pero está cerca. No invade, pero quiere entrar en la propia vida.
Y puede ser un modelo para lo que cada uno vivamos en el día a día.
 
¿Hacia dónde oscilas tú, cuando de amar se trata? ¿Eres más posesivo? ¿Más distante? ¿Se te ocurren otros desequilibrios o equilibrios posibles en el amor?


El amor es difícil - El amor tiene días malos
   
«Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré» (Cant 3, 2)

No siempre todo son días de vino y rosas.
Parece que hablar de ‘amor’ es hablar de
buenos sentimientos, encuentros, amistad,
pasión, pareja, correspondencia…
Pero la verdad es que amar es, también,
estar dispuestos a pasar por épocas difíciles,
por momentos en que hay quien ama más y
quien responde menos. El propio Dios se
lamenta, en algunos pasajes bíblicos preciosos,
a través de los profetas, por el desamor
de su pueblo. Amar es, también, estar dispuestos
a luchar por los otros, para recuperar a quienes
queremos. Es estar dispuestos a sortear obstáculos, a lidiar con problemas, a perdonar,
a dejar que cicatricen algunas heridas…
 
¿Cómo lidias tú con la dificultad del amor?

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