Desde que se puso de moda el carpe diem parece que hay que vivir en clave de presente: hoy, ahora, aquí, ya. Sin embargo, sólo si uno es capaz de proyectar, soñar e imaginar algo que todavía no ha llegado será capaz de luchar por ello. Sólo quien es capaz de tender puentes entre el momento actual y las posibilidades de lo que está por llegar podrá recorrer algunos caminos.
Piensa en futuro - Proyectos
«Yo, hermanos, no creo haberlo ya conseguido. Pero una cosa hago: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús» (Flp 3, 13-14)
Proyectar es reflejar un objeto en algo que está más adelante. Algo de eso es también la vida humana. Anticipar lo que puede llegar a ser y ponerse manos a la obra. El plano del arquitecto dibuja un espacio futuro. El boceto del artista intuye formas aún no alumbradas. El diseño del ingeniero descubre posibilidades que algún día se materializarán. Es parte del talento más humano el presentir la belleza, la armonía, el sentido aún por llegar.
¿Y yo? ¿Qué proyectos tengo? ¿Qué creo que está por construir, por alcanzar, por hacer en el mundo? ¿En qué sentido mi vida es un proyecto? ¿Creo en un futuro mejor? ¿Para mí o para otros? ¿Y hay un camino para avanzar hacia ese futuro? Se agolpan las ideas en mi mente...

Piensa en futuro - Imaginar mundos posibles
«Sucederá después de esto que yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones» (Joel 3, 1)
Algunos grandes personajes de la historia fueron los que aprendieron a descubrir horizontes distintos, y se atrevieron a perseguirlos. Mary Wollstonecraft riéndose de las barreras que discriminaban a las mujeres. Nelson Mandela encarcelado por la igualdad robada. Mahatma Gandhi luchando por la libertad conseguida sin violencia. Teresa de Calcuta bajando de un tren para aliviar el sufrimiento de muchos. Martin Luther King compartiendo un sueño. Mons Romero en El Salvador, la voz de los sin voz. Y muchos más hombres y mujeres, públicos o anónimos, de hoy y de ayer, que fueron capaces de entrever cambios, de alumbrar utopías y convertirlas en realidad. Incluso aunque sus nombres no llenen los titulares ni copen las portadas como la Sra Pinina en Colombia o Tío Col en Venezuela. Aunque sus fotos nunca salgan de los álbumes familiares. Solo quien es capaz de percibir las semillas de lo posible será capaz de regarlas y dejar que den fruto.
¿Y yo? ¿Puedo imaginar mundos mejores? ¿Puedo descubrir las semillas de espacios de más felicidad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido amig@, gracias por tu comentario