NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


martes, febrero 03, 2015

La hora de los profetas


A menudo decimos que hacen falta profetas. Y es verdad. Hacen falta personas que alcen la voz. Pero que hagan falta no quiere decir que no existan. Porque de hecho, hay muchos en nuestro mundo. Muchos hombres y mujeres que alzan la voz para clamar por todo lo que es necesario, injusto, pendiente. Gente que grita que la palabra de Dios no se puede amordazar ni domesticar, y que su llamada es urgente, y es necesario que se oiga. Gente que, pese a todo, no habla desde el odio o la derrota, sino sobre todo desde la convicción de que el sueño de Dios para este mundo sigue siendo necesario. Profetas cotidianos, que lleven por bandera la palabra y la esperanza.


La hora de los profetas - El portador de palabras

 

«Y la palabra se hizo hombre, y habitó entre nosotros» (Jn 1, 14)

 

El profeta rompe el silencio con su palabra incómoda. El silencio de quien mira para otro lado ante lo que resulta inconveniente. El silencio cómplice de quien acepta lo intolerable. El silencio temeroso de quien huye del conflicto. O el silencio satisfecho de quien quiere ocultar el mal. Su palabra no es domesticada. Es valiente, justa… También hoy, en nuestro mundo, tantas personas siguen perseguidas por clamar contra el mal. Bienaventurados.

 

¿Alguna vez has pensado en ti como profeta, como alguien que tiene una palabra que llevar?

 

La hora de los profetas - El portador de esperanza


«Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios» (Is 40, 1)

 

Pero el profeta no es solo quien denuncia lo que no funciona. También anuncia el bien posible. Recuerda el amor infinito de Dios, que quiere que la luz llegue a todas las sombras. También hoy en día hace falta que a mucha gente le lleguen palabras de cariño, de ternura, de alivio. Que haya personas que se conviertan en apoyo de quienes andan más encorvados. Gente que nos recuerde que, aunque a veces el mundo parezca una jaula de grillos, y el egoísmo parezca campar a sus anchas por tantos lugares, sin embargo la promesa de Dios es que al final brillará su lógica, su evangelio, y su amor.

 

¿Cuáles son tus esperanzas más hondas en la vida?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido amig@, gracias por tu comentario