NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, junio 13, 2016

FILIAS Y FOBIAS

Leo hoy en uno de los muchos análisis y comentarios sobre la actualidad, al hilo de la masacre de Florida, que el ataque homófobo de ayer puede “beneficiar” mañana al discurso islamófobo hipanofobo.... de Donald Trump en su campaña hacia la Casa Blanca.Y en esa asociación percibe uno toda la perversidad de un mundo que va construyendo sus identidades a base de fobias, es decir, de rechazo, de odio, de generalizaciones y de barreras.

Por supuesto que hay personas que, por educación, por convicción, por ignorancia o por personalidad, pueden construir su discurso y comprenderse a sí mismas por oposición a otras personas. A los otros. A los diferentes.   De hecho, esta mentalidad de trinchera y de combate parece estar creciendo en nuestro mundo. Los extremismos nacen justo de esa incapacidad para lidiar con la ambigüedad, con lo que no está claro, o con lo distinto, y nacen también de ese miedo a los matices frente a discursos gruesos.

La gran excusa de los extremistas es que “no todo vale”. Y acusando de relativistas a quien no comparte sus dogmatismos se curan en salud. Por supuesto que no todo vale en el mundo. Porque si todo valiera, no podríamos condenar con espanto la ceguera que lleva a un exaltado a armarse con un fusil y emprenderla a tiros con una comunidad a la que no comprende. No todo vale. Pero eso no es excusa para la violencia. Ni para el odio. Ni para convertir en absoluto las propias obsesiones.
Resultado de imagen de odios
La  fe nos habla de amor, y no de odio; de amistad, y no de rechazo; de comprensión, y no de veredictos; de personas, y no de etiquetas. Hay un examen de conciencia que todos, personas e instituciones, debemos hacer: en qué medida, con mis actitudes, con mis palabras o con mis silencios, contribuyo a alimentar a las bestias del odio. En qué medida mi historia, o nuestra historia, ha podido servir para legitimar a los energúmenos, a los intransigentes, a los nuevos bárbaros que colonizan redes y calles. También como Iglesia, tenemos mucho en lo que revisarnos. En ello estamos. Espero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido amig@, gracias por tu comentario