NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, mayo 01, 2020

Novena a la Virgen de Muskilda. Día 7



MARIA DE NAZARET: UNA MUJER OPRIMIDA ENTRE LOS OPRIMIDOS
María de Nazaret es una mujer judía. Entonces los judíos
estaban sometidos económica y militarmente a los romanos:
"opresores".
En aquella sociedad judía, la mujer era "oprimida
entre los oprimidos": en todo era inferior al varón.
Las hijas no tenían los mismos derechos que sus hermanos
varones, pero sí los mismos deberes.

La joven pasaba del poder del padre, que la podía casar
con quien él quisiera, al poder del esposo como objeto para su placer, como
instrumento de fecundidad para la familia. El marido tenía el derecho de
repudiar a su esposa. A ella sólo se le reconocía el deber de aguantarle todo.
La mujer, soltera o esposa, se pasaba la vida siempre obedeciendo, siempre
sirviendo

La mujer (niña, joven, adulta) no podía estudiar, ser
discípula, participar en la vida pública. Impensable que una mujer pudiera
ocupar algún cargo público. Ni siquiera tenía derecho a ser testigo en los
tribunales.   María dignifico el valor de
la mujer.






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