NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, febrero 25, 2022

 LA GUERRA


 

La guerra vuelve a ser una realidad en la vieja Europa. Un recurrente fantasma que nos ha acompañado siempre y que al igual que las pandemias y las hambrunas nos recuerda nuestra frágil condición humana a merced de la libertad del ser humano y de unas cuantas casualidades más. Evidentemente, todos queremos la paz, bueno… creo que todos.

La Historia nos recuerda que una guerra está motivada por diversos factores, y algunos solo se conocen con el paso de los años y con el esfuerzo de los historiadores. Y, sobre todo, que suele haber distintas versiones que llevan a cada protagonista a legitimar su rol en el pasar de los acontecimientos, ya sea a escala mundial, en una pelea entre hermanos o en una discusión entre vecinos. Por eso no es exagerado afirmar que la violencia tiene un claro vínculo con nuestra percepción de la verdad, en cómo la aceptamos –o la negamos– y en cómo la queremos utilizar. Quizás por eso las campañas mediáticas y la prensa juegan un rol tan importante y que en muchos casos ya no podemos controlar.

Se trata de una verdad que sufre por el deslumbramiento de la ideología, los intereses de las empresas, por la ceguera parcial de los medios, por los delirios de grandeza de los políticos y por la manipulación de las palabras. Y un acercamiento a la verdad que obvia en la mayoría casos el sufrimiento de las personas y de pueblos y que desprecia la justicia, la bondad y la paz. En este mundo donde «todo está conectado», en menor o en mayor medida todos nos veremos afectados por esta triste guerra y aunque no nos toque empuñar un arma, todos tendremos que hacer frente a la guerra por la verdad.(No a los dictadores, no a los prepotentes, no a los egoístas, no a los acomplejados que se sienten valioso por la fuerza, no...)



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