A DIOS ORANDO
Y CON ABBÁ CONVERSANDO
Sábado, 24 de Noviembre de 2012
Cuanto más absorto está un hombre en la oración, menos conciencia tiene de que ora...,
porque permanece oculto a su propia mirada. Jean Lafrance
Cuanto más se avanza en la vida de oración, más se penetra en el misterio del silencio de Dios. Jean Lafrance
Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso. Mt 6,7
Cuando rezas observa un orden en tus peticiones:
pide en primer lugar los bienes espirituales, el perdón de los pecados, la luz para conocer la voluntad de Dios, la fuerza para mantenerte en su gracia;
después pide la salud física, la bendición sobre tu familia, el alejamiento de las desgracias y la seguridad en el trabajo.... San Juan Bosco
Invocación al Espíritu Santo
Espíritu, inspirador de los santos. Te necesito
Espíritu prometido y donado por el Padre. Te alabo
Espíritu de gracia y de misericordia. Te bendigo
Espíritu suave y benigno. Te necesito
Espíritu de salud y de gozo. Te alabo
Espíritu de fe y de fervor. Te bendigo
Espíritu de paz. Te necesito
Espíritu de consolación. Te alabo
Espíritu de santificación. Te bendigo
Espíritu de bondad y benignidad. Te necesito, te alabo y te bendigo
Evangelio según san Lucas (20, 27-40)
Se acercaron a Jesús algunos saduceos.
Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron:
“Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano.
Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos.
El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión.
Por fin murió también la viuda.
Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”
Jesús les dijo:
“En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob.
Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”.
Entonces, unos escribas le dijeron:
“Maestro, has hablado bien”. Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
* * * * *
No es Dios de muertos, sino de vivos
En el itinerario de Jesús, la ciudad de Jerusalén es el escenario de su confrontación final con los representantes del Israel institucional.
La tercera escena ocurre en el interior del Templo.
El dilema que los saduceos le plantean a Jesús aunque pueda parecer un problema religioso, es en realidad un problema económico.
La mujer era uno de las posesiones del varón, bien fuera este el padre o el esposo.
Y como cualquier otro bien era transferible o “abandonable”.
Después de siete matrimonios legítimos en los que ella cambió de dueño, el problema era saber a quién le pertenecía.
Por eso, la respuesta de Jesús coloca el problema en otro ámbito, porque la resurrección representa otro régimen de vida en el que las instituciones antiguas hechas para sujetar y controlar pierden su vigencia y las personas adquieren un nuevo estatus que los iguala en libertad y autonomía al de los ángeles.
En la teología del ‘Dios de los vivos’ lo importante no es la legitimación de las ventajas económicas, sino la dignidad y la autonomía de la vida humana, percibida como un valor en sí mismo y no sometido a las veleidades de la conveniencia económica o de los prejuicios sociales y políticos.
Hoy celebramos la memoria de a San Andrés Dung-Lac junto con los otros 116 mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX (ocho obispos, cincuenta sacerdotes, cincuenta y nueve laicos, hombres y mujeres de diferentes edades y condiciones , todos los cuales prefirieron el destierro, las cárceles, los tormentos y finalmente la muerte a renunciar a su fe.
Su fortaleza es la fortaleza de los millones de católicos vietnamitas que a pesar del acoso y la discriminación que sufren, todavía en nuestros días, permanecen fieles, siendo testigos de la paz y la reconociliación.
Para ser testigo como ellos se necesita mucha audacia y mucha fe.
Pidámosle al Señor, el testigo fiel, que nos enseñe y ayude a ser en verdad sus testigos en todas las situaciones de nuestra vida.
Oración final
Te alabo, Padre de bondad y de amor.
Tu perdón y tu paz me hacen pasar de la oscuridad a la luz.
Haz que cada nuevo día me encuentres dispuesto a seguirte.
Que mi vida entera anuncie el amor que ofreces a todos los hombres,
y la alegría con la que tu quieres iluminar mi existencia
Señor, te ofrezco mi corazón dispuesto a amar a los demás. Tu conoces mi vida.
Quiero que seas mi único Señor. Cada mañana es una página que se abre
en el libro de mi juventud entre brisas de esperanza.
Haz que cumpla mi deber con alegría, sin ofender a nadie,
respetando a todos, amando a todos en caridad sincera.
Dame fuerzas para superar las dificultades. Haz que no me venza el desaliento.
No permitas que el odio o la indiferencia aniden en mi corazón joven.
Señor, enséñame a amar.
CONTIGO SIEMPRE, ABBÁ
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