NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


jueves, noviembre 15, 2012

salmo del día comentado,


Viernes, 16 de Noviembre de 2012

Himno del día comentado

SALMO 118

Dichoso el que cumple la ley del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor.
Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón.

Dichoso el que cumple la ley del Señor.

Con todo el corazón te voy buscando; no me dejes desviar de tus preceptos.
En mi pecho guardaré tus mandamientos, para nunca pecar en contra tuya.

Dichoso el que cumple la ley del Señor.

Favorece a tu siervo, para que viva y observe tus palabras.
Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad.

Dichoso el que cumple la ley del Señor.


                           Laudes

Por el dolor creyente que brota del pecado,
por no haberte querido de todo corazón,
por haberte, Dios mío, tantas veces negado,
con súplicas te pido, de rodillas, perdón.

Por haberte perdido, por no haberte encontrado,
porque es como un desierto nevado mi oración;
porque es como una hiedra sobre el árbol cortado
el recuerdo que brota cargado de ilusión,

Porque es como la hiedra, déjame que te abrace,
primero amargamente, lleno de flor después,
y que a ti, viejo tronco, poco a poco me enlace,
y que mi vieja sombra se derrame a tus pies.
                (autor: Leopoldo Panero)

Nadie da gracias al cauce seco del río por su pasado!

Señor, me encuentro en esos días en que no te siento sensiblemente como otras veces. Soy como ese cauce seco del río. Pero mi diferencia está en que sé que me amas incluso en estos días.

Es también el tiempo en que tomo conciencia de las veces que te he negado por irme tras lo fácil del pecado. Eso lo hace cualquiera. Pero un creyente enamorado de tu persona, lucha con denuedo por no caer en lo fácil, sino que se supera ante los envites del demonio.

.Sé que tu savia nueva, Señor, corre por mis venas, por mi ser entero que te alaba en todo instante. Eres genial en todos los sentidos.

Gracias por entusiasmarme en seguir unido a ti. Eres la mejor porción de mi existencia.

Vísperas

Eres la luz y siembras claridades,
eres amor y siembras armonía
desde tu eternidad de eternidades.

Por tu roja frescura de alegría,
la tierra se estremece de rocío,
Hijo eterno del Padre y de María.

En el cielo del hombre, oscuro y frío,
eres la luz total, fuego del fuego,
que aplaca las pasiones y el hastío.

Entro en tus esplendores, Cristo, ciego;
mientras corre la vida paso a paso,
pongo mis horas grises en tu brazo,
y a ti, Señor, mi corazón entrego.
              (autor: José Luis Blanco Vega, SJ)



¿Cómo escarnece este ruido del instante la música de lo eterno!

Señor, no me cabe duda de que el ruido del ambiente que me rodea, no es el más propicio para estar a gusto contigo. Lo hago, sí, pero me gusta más la noche para sentirme a gusto contigo.

Quiero oír la música de lo eterno, es decir, la música que proviene de tu Palabra y de la lectura cristiana que hago de los acontecimientos que envuelven y atenazan al mundo.

Y ante este himno, me doy cuenta de que las claridades de tu vida en la mía, necesitan estos momentos de paz, estos momentos en los que percibo tu gracia, tu susurro y tu luz como un rocío que me refresca.

Eres la estrella matinal y la nocturna en la que me sumerjo plenamente porque es signo de ti, amado Señor.

Haz que me deje inundar por la luz, nunca por la tiniebla.

Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

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