NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


domingo, junio 07, 2015

Vivir en serio

Pero no con la seriedad de una cara triste, ni con falta de alegría. Vivir –o tomarse la vida– en serio, es saber que nuestro tiempo es valioso. Que es mejor amar que odiar, y es mejor dar(se) que ahorrarse para nada. Es elegir algunas causas por las que dejarse la piel, batallas que te quiten el sueño, que te suban al cielo, que te arranquen sonrisas y te llenen de anhelo. Hay tantas caras en cada historia donde podemos ponerlo todo en juego: el estudio, el trabajo, el amor, la familia, el cansancio, el descanso...
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Tomarse en serio a uno mismo

«Yo repuse: - ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: - No digas que eres un muchacho, que adonde yo te envíe, irás; y dirás lo que yo te mande» (Jer 1, 6-7)

Es el reverso, y lo complementario, de saber reírse de uno mismo. Porque ambas cosas son necesarias. Tomarse en serio es saber mirarse, con ojos limpios, en el espejo de la vida. Es reconocer la debilidad pero sin sucumbir a ella. Es enamorarse en varios momentos de la historia. Es complicarse los días. Es tropezar, y volver a levantarse las veces que haga falta. Es no cerrar la mente a las grandes preguntas que nos enfrentan con el amor, la muerte, y con el mismo Dios.

¿Quién eres, y cómo te definirías en este momento de la vida?

Amar a fondo perdido
«Respondió: Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo» (Lc 10, 27)


El amor no puede ser un sucedáneo, un leve afecto, ni una conveniencia. Es mejor amar del todo, aunque te rompas mil veces. Es mejor comprometerse con alguien, dejar que entre en tu intimidad, apoyar la cabeza en su hombro, dejarte abrazar en esas noches oscuras que todos tenemos.
¿Por qué amar a medias, si hemos sido creados para amar con locura?
¿Por qué mantener una distancia de seguridad respecto al prójimo, que puede ser hermano, vecino, compañero de camino, padre, hijo, enamorado, amigo?
Mejor amar.
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¿A quién amas en este momento de tu vida?





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