NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


sábado, enero 09, 2021

VOLVER A JESÚS

 

Reflexión: Volver a Jesús de Nazareth

Vivimos un tiempo de crisis religiosa de la que no escapa nuestra Iglesia. Basta asomarnos a nuestros templos, prácticamente vacíos, o mirar cómo se cierran conventos y seminarios.

Luis Pernía. presidente de la Asociación Andaluza por la Solidaridad y la Paz (ASPA)

Dos hechos pueden incidir en la agudización de esta crisis: por un lado, los grandes descubrimientos de la ciencia en los últimos siglos, que cuestionan muchos postulados religiosos hasta ahora considerados inamovibles, y, por otro, el lastre que arrastran las religiones al alejarse de su proyecto inicial y de sus orígenes.

El cristiano posreligional

La actual crisis religiosa va más allá de las formas, pues afecta a la naturaleza de la misma trascendencia humana. La otrora evidencia de Dios ha caducado. La creencia en el más allá, el “segundo piso” sobrenatural, se ha caído. Las prácticas religiosas, antes tan omnipresentes, se han esfumado o resultan inadecuadas.

¿Qué hacer? Hoy se habla de un nuevo enfoque cristiano que se define posreligional, más allá de la religión cristiana, y que establece la distinción entre el cristianismo como movimiento de los seguidores de Jesús, el cristianismo originario que apuesta por el amor a fondo perdido, y la religión transmitida por la tradición de la Iglesia y que, como toda religión, se estructura con sus dogmas, su libro, sus templos y personas sagradas encargadas de distribuir la gracia a través de los sacramentos.

Un solo mandamiento…

También los medios que Jesús utilizó para proclamar el Reino de Dios fueron muy sencillos: las parábolas, ejemplos de la vida diaria que envuelven un mensaje concreto. Como buen judío, fue un hombre religioso, pero contrario a la institución judaica y a sus normas y ritos. Estuvo en desacuerdo con la sacralidad del templo y su comercio. Se opuso a los sacerdotes, a sus costumbres y ceremonias. Y tuvo como ley suprema y única el mandamiento del amor a todos y todas, incluso a los enemigos. Se rodeó de discípulas y discípulos que seguían a su persona y su mensaje. Todo muy sencillo y popular, sin elucubraciones teóricas ni obligaciones extrañas. Así transcurrió la vida de Jesús y sus seguidores. Sabemos que fue perseguido por su comportamiento y manera de pensar. Fue condenado a muerte por la autoridad civil y la religiosa. Y esa fue la vida de sus seguidores durante los primeros años de la expansión del cristianismo, al margen de la religión judaica.

…con detalle en las Bienaventuranzas

Jesús de Nazaret inició un movimiento de discípulas y discípulos que siguieron  transmitiendo su mensaje, un mensaje basado en las Bienaventuranzas, dirigido especialmente a los pobres, como preferidos por Jesús, destinado a dar de comer a los hambrientos (la multiplicación de los panes y los peces) y a promover la salud de los que sufren (mediante las curaciones), y con un mandamiento único, el del amor, como base de las relaciones humanas.

 Muchas de nuestras creencias no se adecuan al mensaje de Jesús de Nazaret, lo cual empieza en los mismos relatos evangélicos. La cultura teocrática y mesiánica de los evangelistas se impuso sobre el significado de fondo de Jesús. Ninguno convivió con Él. Lo mismo ocurrió con la impronta neoconversa de Pablo. Se inició así una teología realista escorada hacia la restitución del pecado en lugar de orientar simbólicamente el mensaje de Jesús en su andar haciendo el bien hasta dar la vida.

El nuevo paradigma Nuestra sociedad posreligional y secular pone sobre la mesa el nuevo paradigma, que defiende el cristianismo originario de Jesús de Nazaret y no tanto la religión cristiana, producto  en buena parte de la creación humana. Todo ello porque en esta época en la que nos ha tocado vivir hemos de ofrecer a toda la humanidad la construcción de una sociedad fraterna, más allá de las murallas doctrinales e institucionales que ofrece la institución de la Iglesia y atravesar hasta la otra orilla, possecular y posreligiosa.

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