EL ODIO O LA JUSTICIA
Que los Judíos, los de Hamas, Ucrania o Rusia, Yemen o Arabia Saudita... derecha o izquierda... El odio es una de las peores manifestaciones del mal que hay en nuestro mundo. Nos pone en aquella parte de nosotros mismos que nos descontrola, el corazón calla y las razones dejan de ser válidas, mandan las entrañas, la visceralidad nos ciega y entonces sólo podemos continuar en la espiral de violencia.
No es simplemente una cuestión ideológica. No se trata que han matado a uno de los otros o de los míos. Se trata de que el odio se ha apropiado hasta tal punto de una persona que la ha puesto en un extremo irreversible. Debería activar todas las luces de emergencia y hacernos reflexionar largamente sobre qué ha podido fallar en nuestro mundo, que está fallando, para que el odio esté instalado entre nosotros. Porque cuando llega, viene para quedarse, y cuando nos domine será demasiado tarde. Hay que pararlo ya.
Estamos alimentando un discurso de odio, sutilmente, pero de forma constante, con mensajes en redes sociales llenos de rencor, conversaciones que nos retroalimentan en nuestra posición, deshumanizando al otro, solo porque no es de los míos… Y no somos inmunes a ese caldo de cultivo. Las muertes debería hacernos pensar a cada uno sobre lo que publicamos, las afirmaciones que hacemos, sobre si nos paramos lo suficiente a pensar antes de formar un juicio inapelable sobre un asunto.
Al final tú decides. Atrapado en el rencor, o libre para
intentar comprender, aceptar. Encadenado en el odio, o libre para acoger.
El odio nunca será justo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenido amig@, gracias por tu comentario