NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, diciembre 19, 2025

Adviento, esperanza

 ESPERANZA

Hace ya unos meses que leí una definición de la esperanza que, a pesar de lo que me cuesta recordar las frases que leo, se me quedó grabada: «La esperanza no es la convicción de que todo va a salir bien, sino la convicción de que, pase lo que pase, tendrá sentido». Para mí, eso es el Adviento.

Nos pasamos la vida esperando. Incluso aun cuando no nos damos cuenta. A veces somos conscientes de lo que esperamos: aprobar un examen, encontrar un trabajo, tener seguridad económica, hallar con quien pasar el resto de tu vida. Esperamos, esperamos…Nos vivimos como pasajeros esperando la llegada del bus.

Otras veces esperamos, y ni siquiera sabemos lo que esperamos. Intuyes que falta algo en tu vida, que ésta está incompleta, que hay algo que late dentro de ti fuerte que te dice que no pares, que debes seguir moviéndote hacia algo más alto, más lejos, más grande.

Esperamos entre dudas, entre deseos, entre sueños. Esperamos que lo que sea llegue dispuesto a encajar todas las piezas de nuestra  vida, tal y como queremos que encajen.

Esperó María, preguntándose por qué ella y para qué exactamente.

Esperó José, interrogándose por qué a él le tenía que ocurrir ese giro de planes.

Esperaron los pastores, los sabios de Oriente y hasta Herodes. Una espera que les puso en marcha, para bueno o para malo.

Todos esperamos. ¿Y sabes qué? El Adviento te lleva de la mano hacia la Navidad y llega Jesús, la respuesta a todo. Y te ves a ti mismo entendiendo que tanta espera valía la pena, tenía sentido porque, efectivamente, había algo que esperar.

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