NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


sábado, julio 29, 2023

Niños esclavos - Julio 2023

 La terrible existencia de más de 400 millones de niños esclavos hoy en el mundo es un crimen genocida que nos acusa a toda una civilización, y que la Historia, como lo ha hecho siempre ante lo inhumano, algún día juzgará.

Más de 168 millones de niños esclavos | Ideal

 Creyendo algunos que viven en el mejor de los mundos posibles, produce pavor alzar la mirada y contemplar a toda una inmensa multitud de millones de niños que deambulan por este mundo condenados a ser esclavos, es decir, a ser propiedad de otros.
    Vivimos en un mundo en el que la infancia constituye un tránsito por años de desolación y muerte en vida: niños abandonados sin hogar, niños prostituidos, niños soldados, niños desechados en las minas, niños huérfanos en campos de refugiados, niños esclavizados en fábricas de muerte… y un largo etcétera en el que incluimos un reguero inimaginable de sufrimientos de millones de niños.


    Toda esclavitud humana es fruto de una injusticia. La esclavitud infantil es consecuencia de una concepción de la existencia donde se ha perdido el sentido moral. En este caso, observando las escandalosas cifras que ni los organismos internacionales se atreven a negar, podría decirse que se ha perdido la conciencia moral de toda una civilización.


    Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia de algún lucrativo negocio, que forma parte de una economía que asesina. Un sistema económico que mata sin ningún tipo de escrúpulos. Un capitalismo basado en la explotación del hombre por el hombre, en la guerra a muerte del poderoso frente al débil. Esos negocios tienen nombres y apellidos conocidos y no tan conocidos: guerra y armamentismo, turismo sexual y cibersexo, prostitución infantil, comercio de recursos naturales y energéticos, especulación de alimentos, comercio de órganos, venta de ropa barata online, etc.


    Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia también de la inacción política, del silencio cómplice de los que se aprovechan de las ventajas que procura su infierno en vida.
    Cada niño esclavo, único e irrepetible, es consecuencia de los que justificamos nuestra “buena vida” y nuestra “buena conciencia”, viviendo anestesiados ante este mal. No queda más que reconocer que, como beneficiarios que somos de esta globalización tecno económica, también nos convertimos en el inmoral “propietario” y “dueño” de cada niño esclavo, único e irrepetible.


    Y por todas estas causas, la esclavitud infantil ha sido y es una injusticia a la que nadie le interesa poner fin. ¿Seremos capaces de seguir permitiendo esta barbarie?

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