NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


lunes, octubre 23, 2023

 QUE TRISTEZA

 Es una barbarie cruel de Hamas que responde a otra barbarie grave y cruel del gobierno de Israel, fue el primer pensamiento que me vino a la mente.

La acción de Hamás me parece repudiable por su atrocidad e insensatez. Solo la puedo comprender como expresión siniestra del odio, la venganza, la desesperación y la impotencia acumuladas durante 8 décadas. Y me estremece pensar que con ello no logrará sino agravar el dolor y prolongar el llanto de sus ancianos, jóvenes y niños, cavar la tumba de su pueblo.

Más aun me cuesta comprender la extrema violencia, la inhumana y tan prolongada opresión, que muchos gobiernos de Israel, el actual de Benjamín Netanyahu más que ninguno, ha ejercido y ejerce de manera sistemática sobre el pueblo palestino. No lo puedo comprender.

Miro a Gaza, a todo el Oriente Medio, cuna de civilizaciones y de rutas comerciales y bélicas, miro a Haití la olvidada, a África la mártir, la Venezuela y Argentina saqueadas, a Europa perdida en entre sus abortos, eutanasias y el sin saber qué del género, a nuestras derechas y nuestras izquierdas tan devaluadas. Y me invade la tristeza. ¿Puede haber esperanza para una especie incapaz de contener, de calmar su codicia de poder, sus miedos y odios? Pobre Homo Sapiens.

¿Puede haber esperanza para Gaza y para toda Palestina? Solo alcanzo a ver que el odio y la masacre no son el camino. ¿Podrá vivir Israel en paz y seguridad? No, nunca lo podrá, mientras niegue a sus hermanos palestinos la posibilidad real de vivir en dignidad. Y los Palestinos vivirán algún día libres de grupos radicales que imponen leyes injustas a su mismo pueblo?

Todos somos Israel y Gaza. Somos hijos de la misma tierra herida. El mismo sueño de vida liberada y hermanada nos impulsa. No podemos renegar de lo que somos. La tierra y la vida nos llaman urgentemente a sentarnos antes de que sea tarde en la misma mesa a compartir el pan y la palabra de la fraternidad y de la solidaridad universal con su dicha profunda. ¿No es ese el germen de la divinidad que somos, la inagotable, infinita posibilidad que habita en el corazón del cosmos y en nuestro pobre corazón humano?



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