NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


jueves, noviembre 02, 2023

Qué pasa?

 Catholic.net - Fiesta de Todos los Santos

Renos en Navidad, conejitos en Pascua y calabazas en Todos los Santos; la cultura muchas veces nos hace perder el foco de lo que realmente celebramos. Hallow-een (literalmente Vigilia de Santos en inglés) se reivindica cada vez más como una festividad neo-pagana. Mientras tanto, católicos en todo el mundo recordamos a tantos hombres y mujeres de fe que, con sus vidas, dieron testimonio de lo que supone permitir que el amor de Dios dirija su vida.

Sin embargo, este no es un día para recordar a los santos puramente como modelos a seguir; ni siquiera únicamente como la esperanza de que, así como Cristo hizo posible que ellos alcanzasen la santidad, también nosotros seamos santificados por su Amor.

¿De qué les sirven a los santos nuestras devociones y alabanzas, si ya viven en plenitud junto a Dios? Nuestros honores y elogios no añaden nada, en realidad, a su estado en el cielo, pero nuestras oraciones no quedan abandonadas. Dios ha querido que su revelación llegue a nosotros a través de otros cristianos, que nuestros sacramentos sean efectuados a través de personas de carne y hueso, y ha querido que nuestra salvación sea fortalecida por la oración de personas que suplican a Dios por nuestra alma. Y así, igual que una madre ora incesantemente alentando a su hijo en la vida, los santos en el cielo oran por nosotros alentándonos en nuestro peregrinaje por la tierra, peregrinaje que ellos mismos recorrieron una vez, siguiendo los pasos de Cristo.

Así pues, nuestra devoción por los santos no es una admiración pasiva, sino una relación: pedimos su intercesión y recibimos el calor de aquellos que, desde el cielo, anhelan que nos unamos a su compañía, en esta vida por medio de la Eucaristía y, definitivamente en el cielo tras nuestra muerte, cuando veremos a Cristo como Él es.

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