NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, agosto 02, 2024

Venezuela

 



MI VENEZUELA AMADA Y AÑORADA

Monstruo aborrecido Eres un demonio torturas y masacras a mi pueblo. ¿No ha sufrido ya bastante para q quieras aumentar su miseria? ¿Cómo puedo conmoverte? Ninguna súplica te hará mirar con buenos ojos a nuestro pueblo, q implora paz y libertad. Has causado tanto daño, tanto sufrimiento y ¿aún tienen hambre y sed de sangre y sufrimiento? Hoy me ha llamado un amigo, llorando me dijo que su hijo de 24 años lo habían asesinado en la ciudad de Maracay: “Livio, le dije no te metas en peo, carajito, y un beso me quedó de él en la mejilla” su pecho destrozado por las balas, reza por nosotros amigo”. Años de asesinatos, detenciones, corrupción… Mi móvil se llena de mensajes: “reza con nosotros…” Me encuentro entre la rabia y la ternura, y en medio de mi sufrimiento y lágrimas no quiero odiar, no deseo maldecir, no quiero llenarme de tu odio. No quiero ser como tú Maduro, violento, asesino con el corazón lleno de maldad.  

Quien lucha contra monstruos debe tener cuidado d no convertirse en un monstruo en el proceso Y si miras durante mucho tiempo al abismo, el abismo t mirará a ti también. Pueblo mío entiendo tu impotencia, tu sed d venganza, todo tu dolor y sufrimiento, pero no nos convirtamos en ellos. Nietzsche nos advierte q tengamos cuidado d no convertirnos en aquello contra lo q luchamos, ya q hacerlo significaría perdernos a nosotros mismos y nuestra humanidad y corremos el riesgo de volvernos como ellos y adoptar su crueldad y saña.

Estas personas me llaman, me escriben pidiendo oración, no me llaman con odio, ni me llaman pidiendo venganza, me llaman con amor de padre y madre, con dolor y esperanza en Dios.

El amor y la paz que instaura Jesús sólo se puede conseguir transformando las estructuras y valores que se niegan a dejarla crecer, como la cizaña que ahoga el trigo (Mt 13, 24-30). Pero esta victoria no está asegurada. La violencia no acepta como compañera la paz e intenta -siempre que pueda- deshacerse de ella. Es lo que le pasa a Jesús: muere violentamente en la cruz. Pero él no devuelve mal por mal, Él es condenado por el mal y al final pide perdón para ellos. Y es así como instaura una paz universal, para todos los hombres, mujeres y para la creación entera. Es lo que señala San Pablo en la carta a los Colosenses cuando dice: "Tuvo a bien reconciliar con él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos" (Col 1,19-20).  Puedo afirmar con toda claridad que, tanto en su mensaje como en su vida, Jesús aparece con una actitud pacífica y opuesta a cualquier tipo de violencia destructiva, basada en el deseo de venganza, en el odio o desprecio al semejante. Sin embargo, su no violencia es profundamente activa y comprometida frente a las injusticias sociales e históricas. Conviene que no olvidemos ninguno de los dos aspectos.

Pueblo mío recuerda a San Pablo: “Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”.

Venezuela nuestra… serás libre y tus hijos crecerán en paz. Amén

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