NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, noviembre 01, 2024

Santos y Santad

 


Una vez leí que Antonio Gaudí -que era un genio- al diseñar la Sagrada Familia, optó por colocar a los santos fuera, pues la gente frecuentaba menos los templos, y de esa forma los santos serían visibles y accesibles a todo el mundo. Esta anécdota, curiosa en cualquier caso, habla de la necesidad de los santos en cualquier sociedad. Y no me refiero a algo puramente espiritual, sino a algo político, en el sentido público del término.

 Toda sociedad busca sus referentes, y cada grupo de interés ofrece sus propios ejemplos: Amazon, las redes sociales, el deporte, la moda, la política, el cine… No obstante, no todos son buenos referentes, porque quizás destacan en una variable -comercial, principalmente-, pero no dan respuesta a las dimensiones más profundas de las personas. Por eso hacen falta modelos de gente virtuosa, sobre todo cuando llega la dificultad, que nos muestren un modo de estar en el mundo.

Y es que muchas veces apreciamos a los santos por lo que hicieron, que está fenomenal. Sin embargo, en mi opinión, deberíamos admirarlos e imitarlos por la fe que tuvieron, que les llevó a hacer lo que hicieron y a vivir como vivieron, y así se convirtieron en referentes. Porque sobre todo, los santos nos conectan con lo que no sabemos, con lo que no vemos, con lo trascendente. En el fondo, nos ayudan a crear lazos -nosotros con los que ya se fueron-, para formar una gran familia de vivos y muertos: la comunión de los santos. Donde nos conectan con una larga tradición de gente que, aún siendo imperfecta, decidió mirar a Dios y vivir de un modo distinto a favor de algo más grande, y esto, como intuyó el bueno de Gaudí, es necesario mostrarlo al mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido amig@, gracias por tu comentario