NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


viernes, diciembre 26, 2025

DIOS CON NOSOTROS

 

DIOS CON NOSOTROS



No es Dios sobre nosotros. No frente a nosotros. Ni contra nosotros. Es Dios-con-nosotros. Así se define Dios en la encarnación. Se hace uno de los nuestros. En nuestra carne. A nuestro modo. En nuestra historia. En nuestro tiempo. Quizás ese sea el mayor milagro de todos. Que Dios, para mostrarnos quién es, lo haga haciéndose humano. Y así, salvando abismos, desde la eternidad a nuestro tiempo, desde lo infinito a nuestra limitación, desde lo trascendente al aquí y el ahora, nos hace fácil entender quién es.

El corazón del cristianismo es justo ese. Dios no es un Dios lejano, distinto, inabarcable. O, si de algún modo lo es, también es un Dios cercano, familiar, al que podemos mirar en el espejo que es Jesús. Sí, es bonita esa imagen. Dios nos ofrece, en Jesús, un espejo en el que mirarnos. Porque, en su paso por esta tierra y por esta historia, nos va a mostrar las posibilidades del ser humano. Hemos sido creados a imagen de Dios, pero demasiadas veces nos resignamos a ser una imagen incompleta o distorsionada. Y pensamos que es inevitable. Al fin y al cabo, nosotros no somos dioses… Pero lo que Jesús nos va a mostrar es que en el ser humano está plantada la semilla de lo divino. Lo más noble, lo más bello, lo más profundo, lo más auténtico puede encontrar su expresión en cada persona, si dejamos de verdad que el espíritu nos habite, que la Palabra ilumine nuestras palabras y nuestros silencios, que el amor a su modo inspire nuestra forma de amar y ser amados.

La Navidad nos recuerda que Dios, haciéndose uno de los nuestros, nos devuelve la capacidad, la belleza y la vocación de ser de los suyos, plenamente suyos.  Dios-con-nosotros, y nosotros con Dios.


viernes, diciembre 19, 2025

Adviento, esperanza

 ESPERANZA

Hace ya unos meses que leí una definición de la esperanza que, a pesar de lo que me cuesta recordar las frases que leo, se me quedó grabada: «La esperanza no es la convicción de que todo va a salir bien, sino la convicción de que, pase lo que pase, tendrá sentido». Para mí, eso es el Adviento.

Nos pasamos la vida esperando. Incluso aun cuando no nos damos cuenta. A veces somos conscientes de lo que esperamos: aprobar un examen, encontrar un trabajo, tener seguridad económica, hallar con quien pasar el resto de tu vida. Esperamos, esperamos…Nos vivimos como pasajeros esperando la llegada del bus.

Otras veces esperamos, y ni siquiera sabemos lo que esperamos. Intuyes que falta algo en tu vida, que ésta está incompleta, que hay algo que late dentro de ti fuerte que te dice que no pares, que debes seguir moviéndote hacia algo más alto, más lejos, más grande.

Esperamos entre dudas, entre deseos, entre sueños. Esperamos que lo que sea llegue dispuesto a encajar todas las piezas de nuestra  vida, tal y como queremos que encajen.

Esperó María, preguntándose por qué ella y para qué exactamente.

Esperó José, interrogándose por qué a él le tenía que ocurrir ese giro de planes.

Esperaron los pastores, los sabios de Oriente y hasta Herodes. Una espera que les puso en marcha, para bueno o para malo.

Todos esperamos. ¿Y sabes qué? El Adviento te lleva de la mano hacia la Navidad y llega Jesús, la respuesta a todo. Y te ves a ti mismo entendiendo que tanta espera valía la pena, tenía sentido porque, efectivamente, había algo que esperar.

lunes, noviembre 24, 2025

Adviento no es una espera pasiva, ven Señor desde la comodidad de mi casa o de mi grupo.
Ven Señor, desde la calle, desde el hospital, desde la residencia de ancianos, la cárcel, desde los derechos humanos, desde el mundo de los explotados y empobrecidos