NUESTRAS PARROQUIAS

Buscamos unas Parroquias que sean Comunidades generadoras de vida, en ella fuimos engendrados por el Bautismo, y ella acompaña a sus hijos desde que nacen hasta que mueren. Escuela en la que nos formamos y maduramos unos con otros en la fe por la evangelización y la formación, como tarea permanente de conversión personal y comunitaria, entendida como un proceso dinámico que nunca acaba, como experiencia profunda de Dios e interiorización de la vida de Cristo (Gál 2,20; Filp 1,21). Debe ser un lugar de encuentro y vínculo de comunión, casa abierta a todos, hogar de los pobres, plataforma misionera, donde aprendemos y vivimos en libertad, fermento de nueva humanidad. Atenta a los signos de los tiempos y a las necesidades de nuestra gente


Bizitza sortzen duen Parrokia baten bila gabiltza, bertan Bataioaren bidez sortu ginen, eta gure seme-alabei jaiotzetik hil arte laguntzen diena. Katekesi eta ebanjelizazioaren fedean hezten eta heltzen garen ikastetxea da, bihurtze pertsonal eta komunitarioko etengabeko zeregin bezala, inoiz bukatzen ez den prozesu dinamiko bat bezala ulertua, Jainkoaren esperientzia sakona eta Kristoren bizitzaren barnerapen bezala (Gal 2,20; Filp 1,21). Topagune eta elkarte-lotura izan behar du, denontzat irekitako etxea, behartuen etxebizitza, plataforma misiolaria, aske ikasi eta bizitu dezakegunak, gizarte berri baten hartzigarria.


jueves, marzo 06, 2025

Cuaresma, Transformación del corazón

 

A lo largo de la Cuaresma se nos invita con mayor énfasis a la oración. No suele ser verdad que vengamos de un tiempo de desierto oracional o que la Iglesia interprete que como no hemos orado a lo largo del año, lo hagamos en este tiempo litúrgico. Si consideramos que la Cuaresma es un proceso de preparación cristiana para la Pascua de Cristo. Un largo itinerario de cuarenta días, donde ponemos a punto nuestro corazón para lo que nos va a tocar vivir junto al Señor. Una de las prácticas que debemos fomentar es el cuidado delicado de la oración. Entendamos que tenemos la necesidad y el deseo de crecer en relación de intimidad con Jesús, para poder acompañarle todos los días de su vida. No es otra cosa que alentar en nosotros ese espacio sagrado del encuentro.

La oración en cuaresma nos ayuda a aprender tres cosas fundamentales: abrirnos a la confianza, crecer en lucidez y afianzarnos en el amor. Es a través de la intimidad de la oración donde podemos sentir esa abertura al Misterio, la santa y justa cercanía a un Dios que siempre camina con nosotros en la cotidianidad. Es en la debilidad y en la fragilidad del desierto, donde sentimos que podemos generar espacios reparadores de consuelo. Todo este tiempo litúrgico bien podría ser un taller de discernimiento, para el cuál, necesitamos la Luz de Cristo que nos posibilite caminar en la dirección y el sentido de lo divino. Potenciar a lo largo de estos días ese ejercicio de lucidez que nos permite ver por dónde ordenarnos, qué elegir, delante de quién nos situamos… para ser más de Dios. 

Cimentar en nosotros para arraigarnos más en la experiencia del amor misericordioso: el único capaz de acoger y amar nuestras miserias. La profunda experiencia de la oración cuaresmal reside en avivar en nosotros el verdadero encuentro con el Señor; para que sirva, quizás en lo oculto y secreto de nuestro corazón, en ir transformando internamente aquello que somos. Expresar con nuestra vida aquellas palabras de santa Teresa de Jesús decía: «solo Dios basta»; requiere mucho tiempo de soledad habitada, de encuentro hondo y verdadero, con el Dios que nos salva.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido amig@, gracias por tu comentario